La paralización de España por la pandemia vivida a nivel mundial y la vuelta a la nueva normalidad, llevó a que aumentara la demanda de carburante, lo que unido a la subida del petróleo que ya se venía produciendo y la guerra de Rusia contra Ucrania, nos ha traído esta subida que parece no tiene “freno”.

¿Cómo se desglosa el precio del carburante?

Por un lado, nos encontramos con el coste de la materia prima, que en la gasolina dicho coste es un poco menor que el que el del gasóleo, y por ello los impuestos que gravan a aquella son un poco mayores que para el gasóleo, y se equilibra. Este coste de la materia prima supone un 30-35% del precio final.

Por otro, están los costes de distribución y márgenes que suponen un 10-15%; y finalmente las tasas impositivas IVA e Impuesto Especial de Hidrocarburos que supone una 50-55% del precio final. El 58% del dinero obtenido con el
Impuesto sobre Hidrocarburos y el 50% del ingresado por el IVA se cede a las comunidades autónomas, según la ley que regula el sistema de financiación de las comunidades autónomas de régimen común. Y otras cantidades menores se destinan a las provincias y a los grandes municipios.

La Ley que regula las tasas impositivas es la Ley 38/1992, de 28 de diciembre, de Impuestos
Especiales. En la meritada Ley los arts. 46 a 55, son los aplicables a los impuestos sobre hidrocarburos, y en
el precitado artículo 46 se incluyen la gasolina y el gasoil, entre otros,

En lo que va de año, el carburante ha sufrido un aumento del 11% en el gasoil y un 8,7% en la
gasolina, y se está sufriendo un gran encarecimiento en el crudo, además de por los factores expuestos por
la guerra desatada por Rusia contra Ucrania, y la poca oferta a nivel mundial que existe hoy en día,
mientras se mantiene la demanda.

Si se compara con el precio de ambos hace 12 meses, el diesel ha sufrido un aumento de un
48,27% y la gasolina de un 44,96%.

¿Cómo afecta al consumidor final?

Esta subida generalizada afecta de forma directa al consumidor final, primeramente en cuanto al
consumo de carburante, pero también de forma indirecta, como se está viendo, con motivo de que los
profesionales, transportistas están llevando una huelga que está arrastrando a otros sectores de la industria
como la alimentaria, lo que afecta a la falta de provisión de alimentos en supermercados, y subida de
precios de los pocos que hay, lo que supone un mayor coste para el “bolsillo” del consumidor final al que
ya le viene afectando, como hemos dicho de forma directa el del precio de carburante como conductores.

Así como también afecta, al sector pesquero, donde dicha subida de carburante ha llevado a que no
salgan a “faenar”, manifestando que no es rentable salir a la mar, y en caso de salir, finalmente este mayor
coste lo repercutirían en el aumento del precio del pescado para el consumidor final.
¿Y qué medidas está adoptando el gobierno para ayudar al consumidor?
La más reciente y única hasta el momento es la de bonificar en 20 céntimos el litro de carburante,
también a consumidores finales, aportando 15 céntimos el Estado y 5 céntimos las petroleras, esta medida
estará en vigor desde el 1 de abril hasta el 30 de junio.